Ochenta alumnos de 3.º y 4.º de ESO (TQE), acompañados de seis educadores, llevaron a cabo la peregrinación de Montserrat en Manresa. En una jornada de buen tiempo y buen ambiente de grupo, rememoraron la última etapa del camino que san Ignacio hizo ahora hace 502 años (25 de marzo de 1522).
La Marcha del Peregrino recorre el último tramo del Camino Ignaciano, desde Montserrat hasta el santuario de la Cueva en Manresa, siguiendo las pasas que dio san Ignacio de Loyola el 25 de marzo de 1522, reviviendo su experiencia y disfrutando de los paisajes que lo cautivaron.
Se trata de un recorrido de 24 km a lo largo del cual pueden descubrirse paisajes inspiradores.
A lo largo de los 24 km del recorrido, que forman parte de la 27.ª etapa del Camino Ignaciano, pueden descubrirse paisajes inspiradores.
Dos alumnos de 3.º de ESO nos explican su experiencia.
Desconexión. Esta es la palabra que mejor define la peregrinación de Montserrat a Manresa que realizamos. Fue una gran oportunidad para desconectar de todos los estímulos exteriores que tenemos en nuestro día a día. Aunque al principio pensaba que sería una experiencia muy dura, al final fue muy ligera y entretenida, puesto que vas hablando con los compañeros, y esto hace que sea muy divertida.
Además, la experiencia te hace reflexionar mucho sobre el estrés que sufrimos diariamente y te permite disfrutar del presente, sin pensar solo en el futuro.
Por último, me sentí muy bien al llegar, puesto que conseguimos andar 25 kilómetros, como había hecho san Ignacio 500 años atrás.
Violeta Sánchez-Crespo Puig (3.º TQE B1)
La peregrinación de Montserrat a Manresa ha sido una experiencia que me ha hecho aprender y reflexionar sobre varios temas. Durante el camino, he podido admirar paisajes muy bonitos que me transmitían paz y tranquilidad.
Al principio estaba muy emocionada, pero, a medida que avanzaba, el cansancio se empezaba a notar un poco, puesto que en total anduvimos 25 km. A pesar de esto, entendí que, con esfuerzo y paciencia, es posible llegar a cualquier lugar. También tuve tiempo para reflexionar sobre muchas cosas y comprender un poco lo que vivió san Ignacio en este tramo de su viaje.
Por último, cuando llegamos a Manresa, me sentí orgullosa y feliz de haber completado la peregrinación.
Chloe Cerveró González (3.º TQE B1)