No cabe duda de que en los últimos tiempos la Formación Profesional está en auge. Año tras año, se suceden las estadísticas que indican un crecimiento sostenido del número de alumnado matriculado tanto en Ciclos Formativos de Grado Medio como Superior. En paralelo, las energías renovables siguen su senda de crecimiento, requiriendo personal técnico cualificado con un perfil versátil para desempeñar las labores de los distintos ámbitos de la cadena de valor en proyectos principalmente de fotovoltaica y eólica.
Aunque los ciclos formativos, y en este caso el grado superior de Energías renovables, son la formación más completa que puede existir dentro del sector, es posible que haya personas que, por su situación personal o laboral, no puedan realizar unos estudios que se extienden a lo largo de 2 años académicos, a pesar de que la FP ofrece criterios de flexibilidad en la matrícula para el alumnado que se encuentra en estas situaciones.
De ahí nacen, en 1993, los Certificados Profesionales (CP) que dan respuesta a las crecientes demandas de formación específica, flexible y orientada a la empleabilidad y que representan una oportunidad tanto para aquellas personas que desean una formación concreta en ámbitos específicos que se ofrecen en los ciclos formativos como para personas que se encuentren en situación de desempleo y tengan en los Certificados Profesionales una oportunidad de entrar de nuevo en el mercado laboral.
Los Certificados Profesionales, unidos a los Ciclos Formativos son una herramienta clave para la formación y el reconocimiento de competencias profesionales en España. Su vinculación con la FP y su flexibilidad los convierten en una opción ideal tanto para quienes desean mejorar su posición en el mercado laboral como para aquellos que buscan un acceso rápido y eficaz a una nueva profesión. Con las numerosas posibilidades de convalidación y su adaptación a las necesidades del mercado, representan una vía de aprendizaje accesible, técnica, contrastada y homologada a nivel nacional y europeo.