¿Podemos crear un pequeño mundo dentro de un tarro que sobreviva por sí solo?
¿Podemos crear un pequeño ecosistema equilibrado que se autorregule?
Los alumnos de 1.º de ESO están inmersos en el proyecto Life in a jar. Este proyecto científico-tecnológico se centra en el estudio de los ecosistemas: qué son, cuántos tipos existen, qué elementos los forman y cómo se relacionan entre sí.
Inspirados en un canal de YouTube que explora esta temática, los alumnos construyen pequeños ecosistemas cerrados para analizar los factores que afectan al equilibrio y desarrollar así hábitos sostenibles.
Además, diseñan simuladores de ecosistemas, investigan cómo las acciones humanas impactan en la naturaleza y elaboran un decálogo de acciones para la conservación.
Esta actividad combina ciencia, tecnología y sostenibilidad para concienciar sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y mantener el equilibrio ecológico.
A través de la observación, la experimentación y la reflexión crítica, el alumnado de 1.º no solo entenderá mejor los ecosistemas, sino que también aprenderá a actuar de manera responsable para preservarlos.
El proyecto culmina con la creación de un vídeo final y un decálogo de buenas prácticas para inspirar a la comunidad.